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En conjunto con el Septeto Nacional forman un todo armonioso dentro de la música cubana
El 21 de mayo de 1888, nace en La Habana, una de las figuras más importantes de la Cultura Cubana:
Siendo aún un niño se mudó con sus padres de su barrio natal Jesús María, para el de Pueblo
Nuevo, donde comenzó a desarrollar un gran interés por la música cubana y sus raíces africanas.
Trabajó desde muy joven en los más diversos oficios, paralelamente continuaba vinculándose a lo que realmente le gustaba: la música.
Integró en 1906 la agrupación Clave y Guaguancó, seguidamente dirigió el grupo Los Roncos para el cual hizo algunas composiciones, más tarde pasó a otra agrupación denominada Renacimiento.
En 1926 fue contrabajista del Septeto Occidental de María Teresa Vera, con el que viajó a Nueva York, y a su regreso en 1927, fundó el Septeto Nacional.
Ignacio Piñeiro y el Septeto Nacional
La primera presentación y actuación del Septeto Nacional, causó grata impresión en el pueblo, por lo novedoso de su repertorio, por el estilo interpretativo y por ser una genuina expresión del Son cubano.
Esto le permitió llegar a nuestros días con una única y amplia trayectoria, lo que nos hace reafirmar que el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro forma parte de lo más vigoroso y aútentico de nuestro arte nacional.
Ubicados de derecha a izquierda: Rosendo Ruiz, Sindo Garay e Ignacio Piñeiro
Esta personalidad de la música cubana vivió en San Miguel del Padrón desde el año 1947 hasta su fallecimiento el 12 de marzo de 1969, dejando toda una obra que es nuestro orgullo por su relevancia nacional e internacional.
Apoyamos a aquellos que afirman:
Decir Ignacio Piñeiro, es decir Septeto Nacional; decir Septeto Nacional, es decir Ignacio Piñeiro, formando un todo armonioso de cubanía musical.
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